¡Carajo! ¡El
Mohan se lleva a mi hija! ¡El Mohan se lleva a mi hija! Los ojos de la niña se
abrieron como platos al escuchar la palabra “Mohan”. Como un relámpago brilló
en la profunda oscuridad y como un trueno retumbó el disparo, ella salió del
profundo sueño. El estruendo la terminó de despertar, estaba casi en los brazos
del Mohan. Estaba siendo llevada por un apuesto extraño en sus sueños que iba
vestido de negro.
Los pescadores siempre
llevaban ofrendas de comida y calillas de tabaco al Mohan para alejarlo de las
orillas del río y de sus hermosas hijas. Durante la vigilia nocturna,
encendieron cigarrillos a la figura mística conocida como 'el mohan'.
Al igual que los
sueños, los deseos del Mohan a menudo se manifiestan durante la necesidad o el
deseo más profundo de una persona. Esos pescadores guardaban el sueño de sus
hijas de pretendientes no deseados; ahora tenían una posible solución para
mantener a raya al Mohan. Necesitaban presentarle algún tipo de ofrenda para
que se mantuviera alejado de las orillas del río, de sus hijas. Pero a pesar de estos intentos, El Mohan aún tenía un poder
maligno sobre el río, y a menudo enredaba las redes de los pescadores o también
las rompía, volcaba las embarcaciones, hacia sucumbir a sus tripulantes que terminaban
ahogados.
Cuando los
pescadores necesitaron alejar al Mohan de los bancos donde se bañaban sus
hijas, lo encontraron en medio de ellos vestido completamente de negro,
incluido un sombrero fedora también oscuro y pantalones negros. Se vistió de
esta manera porque deseaba imitar a un empresario de pompas fúnebres, que
tradicionalmente vestía de negro para sus deberes.
En la epifanía de
las bellas jóvenes, el Mohan no reveló sus verdaderos motivos, o incluso si
tenía algún motivo real. Sus acciones fueron desconcertantes y a menudo
extrañas.
Eustasia era la alegría de su padre Jorge, y Jorge hacía todo lo
posible por protegerla y darle una vida feliz. Pero un día, Eustasia
desapareció sin dejar rastro. Jorge buscó en todas partes, preguntó a todos los
del pueblo y los poblados vecinos, pero
ella simplemente había desaparecido.
Desesperado,
Jorge fue a ver a un viejo sabio que vivía en el monte para pedirle ayuda. El
sabio le dijo que Eustasia había sido llevada por un ser maligno llamado El
Mohan, que vivía en las profundidades del rio y secuestraba niñas para
alimentar su maldad con la inocencia de las adorables jóvenes. Jorge no dudó en
partir hacia el rio para salvar a su hija.
Al
llegar la noche, Jorge se encontró con un enredijo de brazos y afluentes del
rio magdalena, todo era oscuro y peligroso, lleno de tramposos remolinos, olas y
corriente fuerte. Pero él no se detuvo, y finalmente llegó donde le señalaron
encontraría el castillo de El Mohan. Allí, encontró a Eustasia con la mirada
perdida sonriéndole a algo a alguien a lo lejos, y aunque no se veía a que le sonreía
se le veía feliz.
La
gente del pueblo comenzó a temer acercarse al río, y la leyenda de El Mohan se
convirtió en un mito popular en la región. Se dice que solo un héroe valiente y
astuto podría derrotar a El Mohan y liberar a las jóvenes cautivas en su
castillo. Y así, la leyenda vive por siempre en la memoria de la gente,
recordando la crueldad de El Mohan y la valentía de aquellos que intentaron
detenerlo.