Las personas que han estudiado en este respetable colegio de la ciudad, habrán escuchado esa historia la cual habla de que en los tiempos de la catequización, El Banco era una ciudad muy religiosa y que por esa época una monja murió misteriosamente en el convento de las Hermanas Terciarias Capuchinas...
Dice la historia que una de las monjas se encontraba aseando el claustro religioso y que al momento de limpiar uno de los ventanales del mismo... un vidrio misteriosamente resbaló... degollando a la monja y dejándola sin cabeza.
Ruidos muy extraños se escuchaban los fines de semana en las partes mas desoladas del convento y las habitantes del claustro al tratar de averiguar de que se trataban estos ruidos... se adentraban en lugares con poca luz, era allí donde se les aparecía la monja con la cabeza llevada en una de sus manos, y haciendo un llamado con la otra... luego súbitamente se acercaba flotando mostrando la cabeza y emitiendo un grito espeluznante... para ese momento la persona ya estaba petrificada del miedo... así mismo el esperpento se desaparecía dejando en el ambiente ese hedor que acompaña a lo sobrenatural...
Este miedo mas adelante sería la forma de mantener en la raya a los estudiantes del colegio que funciona en este mismo lugar, los cuales eran temerosos a que se les apareciera la "Monja Descabezada" la que decían se manifestaba a los estudiantes desaplicados y rebeldes de la institución... al quedar solos en los baños...baños húmedos, largos y oscuros... o en algún lugar desolado del colegio.... algunos estudiantes decían que esta monja sin cabeza se les apreció en la parte alta del ultimo baño colgada de un gancho y girando sin vida con la cabeza colgando de un hilo todavía de su cuello...
Otros estando en los mismos baños manifestaron haber escuchado ruidos misteriosos instantes antes de que sobre su regazo cayera una cabeza de paja, despavoridos corrían y gritaban con sus faldas o pantalones abajo dejando el tenebroso lugar...
Estudiantes que habían sido castigados por su mal comportamiento o por faltar al respeto a sus profesores quedaban solos en las aulas de clase recibiendo sus castigos. Ellos contaban que escuchaban que los llamaban por sus nombres casi susurrados al oído, pero que al mismo tiempo las voces parecían provenir de la parte mas alejada del salón...oyendo inclusive ruidos raros de pasos a su alrededor o ruidos de objetos que caían sobre el tejado o como si una persona caminara sobre este... Dándoles un castigo doble que los obligaba a corregir su mala forma de actuar...
Tenemos que recordar que la capilla San Francisco aun la tenemos allí y que ahora es la casa del obispo de la Diócesis.
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